Ante su participación en el Festival de Mérida, Aitana Sánchez-Gijón reconoce que 'Medea' es el mayor reto que ha tenido

La actriz Aitana Sánchez-Gijón ha reconocido que su interpretación de 'Medea' ha sido el "mayor reto" al que se ha enfrentado en su carrera profesional, y que le ha llegado en el momento "justo" porque "antes no hubiera podido hacerlo".

Cabe destacar que, el Teatro Romano de Mérida se adaptará para una única representación de esta Medea, en este caso de Séneca, y la segunda de la presente edición del certamen emeritense tras la protagonizada por Ana Belén. Se trata de una versión libre de Andrés Lima de una obra que también dirige e interpreta.

Una producción de Teatro de la Ciudad, al igual que las otras dos obras que se representan esta misma semana en el Festival de Mérida, y que constituyen una "trilogía de tragedias", como son 'Edipo Rey', de Alfredo Sanzol, que llegará este jueves, y la 'Antígona' de Miguel del Arco, el viernes, y con Carmen Machi en el papel de Creonte.

Después de haber realizado un ensayo este martes-noche, Sánchez Gijón ha reconocido que se enfrentó al "reto de encontrar desde dónde arrancar" con esta Medea, que "fue surgiendo" gracias al "trabajo de campo y laboratorio" realizado durante meses en los talleres organizados por el equipo de Teatro de la Ciudad, y que permitió que en el momento de iniciar los ensayos "la mitad del camino" ya estuviera hecho.

Sobre si llega en su mejor momento como actriz, como ha señalado el propio director de la obra, Andrés Lima, en relación al momento de trabajo que vive en la interpretación en el teatro, el cine y la televisión, y tras recibir la Medalla de Oro de Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, la actriz ha dicho que "son cosas que suceden de repente, que coinciden en el tiempo", lo cual le ha llevado a vivir "un momento feliz y gozoso".

Junto con ello, ha explicado que, no sabe si es su "mejor momento", pero sí que ha sido el momento "justo" para hacer 'Medea', una mujer a la que ha definido como "una fiera herida, que se revuelve y arrasa con todo lo que tiene delante, incluso lo que más ama que son sus propios hijos", afirmando que "hace tiempo" que dejó de "racionalizar" sobre el personaje.

Según la intérprete, "en los ensayos, dejé ya la razón a un lado y la parte analítica. No sé muy bien distinguir donde termina la actriz, donde empieza el personaje, para mí está ya todo mezclado y es una fuente de emoción", resaltando que se trata de "un trabajo físicamente muy expuesto y emocionalmente también muy extremo", que le lleva en ciertos momentos de la interpretación, en palabras de su director Andrés Lima, a entrar en una especie de "trance".

Para Sánchez-Gijón, "en un poco en trance si que entro" pero, en el cual nunca pierde el control de lo que está haciendo, ha asegurado. Así, ha señalado que para ello se apoya en la "memoria emotiva" fruto del trabajo realizado en los talleres, matizando que, de cara a afrontar el personaje, trabajaron sobre un ritual, que la primera vez duró casi dos horas, y fue "de una intensidad alucinante".

En este sentido, ha subrayado que "no tenía ahí que controlar absolutamente nada, porque era un experimento para saber por donde ir y hasta donde llegar" y, reconociendo que, aquella primera vez la vivió con una "ausencia de control absoluta" y ahora se convierte en su "fuente de referencia" antes de meterse en el papel cada noche.