Reivindicado el papel de la mujer en la entrega de las Medallas de Extremadura 2018

El periodista de Don Benito, Ángel Sastre Canelas; la investigadora María Victoria Gil Álvarez; la Federación Extremeña de Bandas de Música y el Grupo Manantial Folk de forma conjunta; el pintor Jaime de Jaraíz, a título póstumo, y el responsable de la Casa de Extremadura en Sevilla, Gonzalo Martín Domínguez, también conjunta; y Sor Cristina Arana Astigarraga, han sido los galardonados en la noche de este viernes, 7 de septiembre, con la Medalla de Extremadura, máxima distinción que otorga anualmente el Gobierno regional.

Durante el tradicional acto que ha tenido lugar en el Teatro Romano de Mérida, la sociedad civil ha vuelto a ser la principal protagonista del mismo, puesto que tal y como ocurriera el año pasado, se han vivido momentos muy emotivos, llenos de gratitud, anécdotas..., pero también de muchas reivindicaciones. Y es que los galardonados, al tiempo que han destacado las grandezas que tiene y ofrece esta Comunidad Autónoma a extremeños y foráneos, han vuelto a alzar la voz, para reivindicar los mismos servicios y derechos de los que se benefician el resto de españoles.

Así pues, el tren y el futuro de las infraestructuras ferroviarias en la región han estado presentes en más de uno de los discursos que han ofrecido los galardonados con la Medalla de Extremadura, así como la petición de que los extremeños que un día tuvieron que emigrar, tengan la oportunidad de volver a su tierra, y que los jóvenes miren su futuro desde el lugar que han nacido, sin necesidad de tener que coger una maleta y marcharse en busca de una oportunidad mejor.

La importancia que ha tenido la mujer en la historia de Extremadura, que sigue teniendo y que tendrá en el futuro, también se ha destacado en la noche de este viernes ante un Teatro Romano abarrotado de gente llegada de diferentes puntos de la geografía extremeña. Así, se ha abogado por darlo a conocer y no dejarlo en un segundo plano, porque las féminas han dado mucho por esta tierra para situarla hoy en día en el lugar donde está.

De hecho, este año, como novedad y reivindicar que haya más propuestas para que la Medalla de Extremadura se otorgue a mujeres, todos los galardones -excepto el entregado por el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara- han sido otorgados a los premiados de manos de mujeres.

"EL PERIODISMO A VECES ES DURO Y DUELE"

Así, el periodista de Don Benito Ángel Sastre Canelas, especializado en conflictos, ha recibido la Medalla de Extremadura de manos de Magdalena Gordo Martín, delegada en Extremadura de la ONG Mujeres en Zonas de Conflicto, afincada en su ciudad natal. En julio de 2015 fue secuestrado por el Frente Al Nusra, la exfilial de Al Qaeda en Siria, donde estuvo cautivo 10 meses hasta mayo de 2016.

Después de “deleitarse un poco con esta vista”, ha dicho refiriéndose a la imagen del Teatro Romano, ha agradecido a todos los que han hecho posible la concesión de esta distinción, pidiendo un aplauso “muy grande” para su abuela.

“Este premio va para ti, ella representa todo lo extremeño que yo tengo”, ha dicho, citando también al resto de su familia. Ha reconocido que el trabajo que “llevamos a cabo” algunos periodistas “a veces es duro y duele”.

“Yo vengo ahora de África, que aún no la había pisado, es un trabajo agotador, pero al mismo tiempo muy reconfortante", ha afirmado el joven extremeño, quien ha pedido a la sociedad extremeña que "preste atención" a lo que pasa más allá de nuestras fronteras.

"Les necesitamos a ustedes, tienen que prestar atención a otras historias que llegan en patera y que proceden de zonas como África. Si no, nosotros no somos nadie", ha dicho refiriéndose a su profesión.

Para él, recibir esta Medalla supone el "orgullo de ser extremeño", porque aunque se fue "pronto" de su ciudad natal, "gracias a mis abuelos me han inculcado este orgullo que siento, explicando a la gente de dónde venimos; somos grandes, orgullosos conquistadores y aventureros…y eso hay que contarlo", ha resaltado Sastre.

VOZ DE LAS PERSONAS ENFERMAS

A continuación, la presidenta de ELA Extremadura y presidenta de la Plataforma del Voluntariado de Mérida, Lola Dorado Calasanz, ha impuesto la Medalla de Extremadura a la investigadora María Victoria Gil Álvarez, presidenta fundadora de la Asociación Extremeña de Alérgicos a Alimentos (AEXAAL) y mentora del proyecto STEM TALENT GIRL, orientado a inspirar, educar y empoderar a niñas, jóvenes y mujeres con el fin de que desarrollen su talento y realicen carreras profesionales en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.

Esta distinción que le llega, "fruto del cariño", a su juicio, "multiplica más si cabe el compromiso con mi tierra". Después de agradecer a su familia y amigos por haberla acompañado en su trayectoria, esta extremeña, natural de Almendralejo, ha destacado que el colectivo que preside es el que tiene en la región un mayor número de socios al año y supone "la voz de las personas enfermas ante los diferentes agentes sociales", así como un importante apoyo en el plano meramente psicológico.

Se trata de personas que, según sus palabras, "trabajan allanando el camino por si nos toca", y para ello hay que seguir realizando la labor divulgativa "para hacer libres a las personas". En esto ha destacado el papel "esencial" que está jugando en la región la Universidad de Extremadura, haciendo alusión a la Facultad de Ciencias, ahora que se cumple su 50 aniversario.

No obstante, María Victoria ha lamentado que desde el año 1986, sólo 20 Medallas de Extremadura han recaído en mujeres a título individual, por lo que ha abogado por "visibilizar la labor y entrega social de tantas y tantas mujeres extremeñas".

Hoy en día, "seguimos observando cómo en pleno siglo XXI, algunas mujeres tienen que dejar de lado sus carreras por la maternidad", ha lamentado, por lo que ha solicitado políticas "igualitarias" que "verdaderamente surtan los efectos deseados" y se acabe fracturando el "techo de cristal" entre hombres y mujeres "hasta romperlo entre todos".

Otra de las "heridas abiertas" que siguen teniendo los extremeños son las infraestructuras ferroviarias. Si ya lo dijo Felipe Trigo en 1914, en 'Jarrapellejos', tal y como ha citado, hoy en día se siguen repitiendo titulares que no dejan en muy buen lugar al estado del ferrocarril en la Comunidad Autónoma.

"Afortunadamente han cambiado muchas cosas desde entonces, pero si tenemos las mismas obligaciones, también pedimos los mismos derechos que los españoles. ¿Hasta cuándo?, ¿cuándo va a contar Extremadura con esos trenes rápidos y modernos que conectan al resto de comunidades autónomas?", se ha preguntado la investigadora.

Para finalizar, Gil Álvarez ha hecho alusión al "máximo histórico" de envejecimiento que ha presentado recientemente la Comunidad Autónoma, por lo que ha pedido políticas que posibiliten "el retorno de nuestros emigrantes"; al tiempo que ha solicitado "ayudar a regresar a nuestros jóvenes extremeños que han tenido que emigrar".

PRESERVAR NUESTRAS RAÍCES CULTURALES Y MUSICALES

A continuación, Manantial Folk y la Federación Extremeña de Bandas de Música han recibido la primera Medalla de Extremadura compartida de la noche, y lo han hecho de manos de la joven cantaora Raquel Cantero.

Ángel Tirado García, miembro fundador de Manantial Folk, ha centrado sus agradecimientos en Madrigal de la Vera, localidad cacereña donde se originó el grupo. "Nos sentimos muy honrados", ha dicho al recibir este reconocimiento "al trabajo de estos 37 años".

De Manantial Folk, una agrupación de música tradicional fundada en 1981, se ha valorado su intención de recuperar las canciones de su entorno para, de este modo, mantener vivo y transmitir a las generaciones futuras este inmenso legado cultural.

De este modo, según sus palabras, lo que se pretende con su agrupación es "contagiar y difundir a los extremeños la personalidad musical" de la región "con la que hemos crecido en nuestros pueblos de la Vera". A su entender, se trata de un patrimonio cultural "perfectamente válido", al que sabremos "salvaguardar y transmitir a generaciones futuras". Para ello, ha pedido la colaboración de todos, con la máxima de preservar esta muestra musical, algo "especialmente difícil" por el predominio de la música comercial.

Su intervención ha finalizado con la interpretación, junto a otros miembros del grupo, al ritmo de 'jotilla' y con el silbido de los cabreros, de 'Amanecer en Gredos', con la que han querido rendir homenaje "a nuestra tierra, al techo de Extremadura", ha sentenciado.

En esta línea, el presidente de la Federación Extremeña de Bandas de Música, Pedro José García Moreno, ha calificado de "orgullo" recibir la Medalla de la Comunidad Autónoma por el trabajo que realiza esta entidad en la difusión de la música de bandas en la geografía extremeña.

En la actualidad, según sus palabras, hay en la región 65 bandas federadas, de las que forman parte 3.000 músicos. Tras la despoblación que sufrió la región en los años sesenta, ha admitido que en las últimas décadas se han producido "transformaciones y mejoras muy positivas" en la región, lo que se ha visto traducido en un aumento de la calidad de vida y avances económicos.

Hoy en día, Extremadura cuenta con ocho conservatorios, uno de ellos Superior y el resto Profesionales, a los que hay que sumar más de 100 escuelas de músicas repartidas por la geografía regional. Sin embargo, ha admitido que sigue habiendo "asignaturas pendientes", por ello, una de sus "aspiraciones" es llegar a las 200 bandas de música en la región.

Como "carencia" también ha mencionado la falta de conservatorios que impartan enseñanzas oficiales, que necesitan de una titulación para impartirlas. "Demandamos una red de conservatorios en Extremadura, sin que los alumnos y sus padres tengan que hacer una hora para ir y otra para venir, para que sus hijos puedan estudiar música", ha incidido.

Y es que, a día de hoy, según ha explicado, los conservatorios profesionales "están prácticamente todos colocados en las Vegas del Guadiana". Esa dispersión geográfica, precisamente, es el "talón de Aquiles" de la música y de las bandas de músicas extremeñas", motivo por el cual, a su juicio, no se puede quitar la oportunidad de que los niños hagan de la música su pasión o forma de vida en el futuro.

A su juicio, las bandas de música "son el crisol cultural" de un territorio, trabajando como "auténticos embajadores de nuestros pueblos" y llevando la cultura allá donde van. Por tanto, hay que "mimarlas y potenciarlas", para lo cual "seguiremos luchando para llevar la música a todos los rincones de Extremadura", ha finalizado.

COMPROMISO CON LAS RAÍCES DE EXTREMADURA

Jaime de Jaraíz, a título póstumo, y Gonzalo Martín Domínguez, que también comparten medalla, han recibido la distinción de manos de la presidenta de la Federación de Turismo de Extremadura, María Victoria Bazaga.

El primero en tomar la palabra ha sido Jaime de Jaraíz, hijo del pintor extremeño ya fallecido, del que lleva su mismo nombre, y del que se ha destacado que toda su vida llevó el nombre de la región y el de Jaraíz de la Vera por salas de exposición de todo el mundo durante más de 30 años, siempre con éxito de público y crítica.

Ante el público que abarrotaba el Teatro Romano, ha destacado que la historia de su padre, "es de agradecimiento", puesto que siempre ha sido "muy agradecido al don que recibió". Artista autodidacta, tuvo la suerte, según sus palabras, de tener "un pueblo fantástico" y poder devolverle a éste y a Extremadura "lo que hicieron por él".

De hecho, como anécdota ha contado que tras un viaje por Italia, por todos los artistas del Renacimiento, decidió empezar a firmar sus cuadros con 'Jaime de Jaraíz', y fue más allá: "nos cambió el apellido a toda la familia en el año 1978". "Él quería que a lo largo de las siguientes generaciones lleváramos el nombre de Jaraíz y perdurara en el tiempo. Yo tengo tres hijos varones, el primero que tenga un hijo varón tendrá el nombre de Jaime de Jaraíz", ha argumentado.

Después de mostrar sus agradecimientos, ha dicho que su familia fue "mucho mejor" gracias a su padre, porque era "una persona fundamentalmente buena, con bondad, humilde..., nunca quiso ser famoso, ni figurar; fue un gran padre, un gran marido, un gran tío y un gran abuelo".

Finalmente, Jaime de Jaraíz ha reconocido, con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, que cuando le llamó Guillermo Fernández Vara para comunicarle que le concedían la Medalla de Extremadura a su padre, "fue probablemente uno de los días más felices de mi vida, le habían galardonado con algo que no pudo recibir en vida". Por eso, "quiero agradecer a todas las instituciones que lo han permitido y se la han otorgado", ha concluido.

Seguidamente, Martín Domínguez ha destacado por su labor al frente de la Casa de Extremadura en Sevilla, por su permanente compromiso con las raíces y cultura de su tierra, raíces que han contribuido a fortalecer los lazos históricos de Extremadura y Sevilla. "Cantar Extremadura desde aquí es un privilegio. La quiero, adoro sus pueblos y sus gentes, me duele su olvido y traiciones; y entre todos la subiremos muy alto", ha resaltado.

Ante el Teatro Romano ha pedido un "canto de súplica por tanta gente que sin culpa tuvo que dejar Extremadura". Y es que, según sus palabras, "ser extremeño en Sevilla o Andalucía es fácil, lo difícil" es quienes se fueron a Suiza, Alemania, el País Vasco o Cataluña.

"Nosotros pregonamos Extremadura, diciendo con orgullo lo que somos, tenemos y podemos; pero necesitamos cariño y apoyo porque somos rentables", ha admitido Domínguez, quien ha abogado por continuar ofreciendo unidades didácticas desde la escuela a la Universidad "para que nunca vuelva la emigración".

En esta línea, ha pedido el retorno de la juventud que un día tomó la decisión de abandonar Extremadura. "Dejemos a los jóvenes aquí y traigamos a todos los que podamos", ha dicho, al tiempo que ha recordado que entre Guadalupe y Sevilla se formó parte de la historia de España "y eso no lo debemos olvidar".

"El camino entre ambas urbes ya está abierto, pero Guadalupe es para Extremadura", ha insistido este extremeño de San Martín de Trevejo. De hecho, ha admitido que la Casa de Extremadura en Sevilla ha ido por dos veces a Toledo,  "con 3.000 y pico de firmas" para reivindicar que Guadalupe pase a formar parte de algunas de las Diócesis extremeñas, "porque es nuestra". Así, aprovechando que el presidente de la Junta visitará al Papa Francisco el próximo día 12, ha pedido que catedrales, iglesias y conventos de toda la región pongan a repicar sus campanas porque será un hecho histórico.

También ha felicitado a Mérida, por el hecho de que su Semana Santa haya sido nombrada de Interés Turístico Internacional, con un Vía Crucis con el que "hacéis vibrar al creyente y al agnóstico", ha dicho dirigiéndose al alcalde. En esta línea, ha anunciado que no parará hasta hermanar Emérita e Itálica, y para conseguirlo "necesitamos un tren digno que hermane Madrid con Extremadura, tenemos que exigirlo ya, no tenemos que quedarnos quietos. Está en la voluntad de todos", ha finalizado.

ICONO DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD

Finalmente, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha sido el encargado de entregar a Sor Ana Martínez Gómez, la Medalla de la Comunidad Autónoma concedida a Sor Cristina Arana Astigarraga, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul. Esta vasca de nacimiento (1924), pero extremeña de adopción (lleva más de 70 años viviendo en la región), ha dedicado toda su vida al cuidado y atención de personas vulnerables.

En 1951 comenzó en Badajoz a contactar y ayudar a familias en situación de pobreza o vulnerabilidad, labor que continuó en el Comedor Social Virgen de la Acogida, convirtiéndose en un referente para muchos ciudadanos de la capital pacense por su bondad, delicadeza en el trabajo y empatía.

Así, Sor Ana Martínez Gómez, en su nombre, ha destacado que Sor Cristina "ha dado toda su vida a los extremeños". Como hija de la caridad "ha hecho lo que tenía que hacer, atender a todos los desfavorecidas y vulnerables".

Por tanto, según sus palabras, "han sido los mismos desfavorecidos los que han divulgado su acción, su cariño y entrega", y así se lo demuestran "todos los días". También ha recordado que cuando se reunió con Fernández Vara le trasladó que "el pueblo... los pobres quieren mucho a Sor Cristina", puesto que ésta siempre "hace uso de su bondad y no se siente protagonista de su acción social con los pobres".

"Somos todas hijas de la caridad", ha hecho hincapié Sor Ana, quien ha recalcado que cuando Sor Cristina se enteró de su distinción, dijo que no se la merecía, que ella era una más, "y esa es la humildad que ha demostrado a lo largo de su vida".

Por tanto, ha abogado por recordar que las hijas de la caridad tienen una historia "muy bonita" en Extremadura, y Sor Cristina "es el icono de esa comunidad de hijas de la caridad que tantos años hemos estado en la región y seguimos estando a disposición de los pobres".

Con 94 años a sus espaldas, "está muy lúcida, gracias a Dios, pero no se ha atrevido a dar este paso y venir hasta aquí, por lo que pido un aplauso fuerte para Sor Cristina", ha sentenciado.